Estrategias Pedagógicas para Maestros con Estudiantes con TDAH/TDA

ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS PARA MAESTROS CON ESTUDIANTES CON TDAH/TDA

El trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad (TDAH/TDA), es un trastorno que se caracteriza por una excesiva inquietud motriz, impulsividad y distractibilidad, debido a la incapacidad que tiene el niño para seleccionar y mantener el interés sobre un estímulo.

El TDAH causa problemas en la socialización y en el aprendizaje, ya que presentan una incapacidad para demostrar lo que han aprendido.

El tratamiento que lleve el niño con una Neuropsicóloga y el apoyo de los padres será fundamental. De la misma manera el apoyo que se brinde dentro de la escuela también es muy importante para que ese estudiante pueda adquirir el aprendizaje de una manera adecuada.

Los informes que brindamos con la información de una Evaluación Neuropsicológica completa será el punto de partida para la rehabilitación y para el diseño de adaptaciones curriculares en caso de ser necesario en las escuelas. Con esta información el maestro sabrá cómo debe trabajar con el niño(a) que presenta estas dificultades, ya que en primer lugar el maestro deberá asegurarse y revisar de que el niño tenga un diagnóstico.

También debe haber una comunicación efectiva entre la escuela y el hogar, es decir el maestro deberá tener una buena comunicación y relación con los padres del niño(a) o adolescente, para obtener información del niño para que de esta manera el maestro sepa cómo trabajar con él y hacer que ese estudiante se sienta seguro, desarrollar una empatía con el estudiante.

OBJETIVOS DE APLICAR ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS:

  • Consolidar e interiorizar los nuevos aprendizajes.
  • Favorecer el proceso de enseñanza y propiciar la plena participación y aprendizaje.
  • Alternativa para apoyar, facilitar y optimizar el trabajo diario del maestro

 

Las estrategias pedagógicas que utilice el maestro(a) deberán aplicarse a niños y adolescentes.

ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS EN EL AULA:

Para la distracción:

  • Establecer reglas claras de conducta y límites de comportamiento. Ponerlas por escrito a fin de leerlas diariamente. Para trabajar el ambiente de casa y el ambiente escolar a través de la comunicación con los padres del niño.
  • Utilizar un reloj para trabajar el tiempo de diversas actividades.
  • Ubicarle cerca del escritorio del maestro, para proporcionarle apoyo oportuno.
  • Ubicarlo lejos de estímulos que le distraigan con facilidad, como ventanas, puertas y estudiantes que tengan conductas hiperactivas.
  • Sentarlo junto a compañeros que puedan ser un modelo positivo.
  • Utilizar varios mecanismos para captar la atención del niño(a) o adolescente, por ejemplo:
  • Acordar una clave o señal (visuales, táctiles, gestuales) entre el docente y el estudiante para modular conducta e indicar como va su trabajo.
  • Se puede utilizar la técnica del semáforo para modular su conducta a través del refuerzo positivo. También sirve para los momentos de transición.
  • Utilizar una agenda del día con las actividades a trabajar, usando un papelógrafo pegado en el aula, donde el niño va marcando por donde va, para darle seguridad, tranquilidad y organización.
  • Usar un calendario semanal pegado en el aula, donde solo se ponga las actividades concretas a realizar durante cada día.
  • Hacer contacto visual con el alumno antes de llamarlo o de darle instrucciones; esto ayuda al autocontrol.
  • Supervisar de cerca durante los cambios de clase o periodos de transición.
  • Trabajar en anticipación a las actividades. Colocar a los estudiantes de menor rendimiento más cerca del maestro.
  • Iniciar la clase con actividades que favorezcan la atención.
  • Escribir las tareas para la casa en el pizarrón siempre en el mismo lugar. Pida al estudiante que le muestre las tareas copiadas antes de terminar la jornada.
  • Promover el uso de diferentes organizadores en sus cuadernos (pestañas, viñetas, márgenes, dibujos, stickers, colores, subrayados) para que organice mejor sus actividades y tareas.
  • Crear un sistema para que el estudiante recuerde todos los materiales de trabajo, libros, entre otros, que debe llevar y traer en su mochila.
  • Realizar actividades y juegos lingüísticos (juegos de palabras, sopa de letras, adivinanzas, encontrar la frase escondida, entre otras).
  • Ejecutar actividades de razonamiento y desarrollo del pensamiento.
  • Asegurarse que el estudiante comprenda los contenidos dados. En caso de que no lo haga, realizar actividades complementarias utilizando diferentes metodologías.
  • Utilizar diferentes vías de acceso al aprendizaje (visual, auditivo, musical, kinestésico, entre otras).
  • Utilizar un registro de las vivencias significativas del niño(a) o adolescente, como recurso de refuerzo.
  • Orientar de forma clara el cumplimiento de una tarea, con pasos específicos. Asignar trabajos de uno en uno, que la instrucción sea clara precisa y concisa. Observar si la está realizando, que acabe un trabajo para luego empezar otro. Acortar las tareas si es necesario.
  • Elaborar la agenda de las actividades del día en un lugar visible para estimular la organización del niño.

 

 

Para la hiperactividad o excesiva inquietud motriz:

  • Cuando la conducta del alumno interfiera de manera significativa en el desarrollo de la clase, darle una tarea que implique salir del aula por unos minutos, como algún encargo a la dirección para que pueda moverse.
  • Permitir interrupciones que le permitan levantarse de la silla.
  • Promover actividades deportivas.
  • Mantener ocupado al niño si termina una actividad, utilizando actividades extras como pintura, dibujo o actividad manual (actividades de ensartar, de punzado, contar colores, etc.), para trabajar la hiperactividad.
  • Proporcionar momentos de reflexión frente alguna conducta inapropiada y darle alternativas de solución.

 

Para la parte emocional y social:

  • Elogiar la buena conducta del estudiante (calcolmanías, notas positivas a los padres, etc.).
  • Evitar llamarle la atención en público.
  • Estimular las relaciones sociales con los compañeros.
  • Indicar actividades de trabajo de manera independiente y grupal. Que trabaje solo o en pareja, de dos o de cuatro personas, siempre incluirlo con los compañeros.
  • Proporcionar seguridad y aliento.
  • Hablar con suavidad, evitar hablar de manera amenazante para reducir los niveles de ansiedad.

 

ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS PARA LA EVALUACIÓN:

  • Adaptar las pruebas, si se requiere.
  • Asistir al estudiante al momento de la evaluación para cerciorarse que comprende las instrucciones.
  • Aplicar la evaluación de manera individual si es necesario.
  • Observarlo durante la evaluación para brindarle apoyo oportuno.
  • Aplicar pruebas utilizando diferentes tipos de preguntas (abiertas, cerradas, selección múltiple, entre otras).
  • Aplicar diferentes tipos de evaluación acorde a las necesidades educativas del estudiante (oral, escrita, vivencial, entre otras).
  • La evaluación debe estar de acuerdo a las adaptaciones realizadas para el alumno.