Disciplinar significa enseñar, no castigar.

“Con demasiada frecuencia nos olvidamos de que la disciplina, realmente significa enseñar, no castigar”

Daniel Siegel

En la mayoría de los casos la Disciplina se confunde con el castigo físico, tenemos la tendencia de educar a nuestros hijos como lo hicieron nuestros padres con nosotros. Sin embargo tenemos dos opciones, repetir el mismo patrón de conducta o aplicar nuevos métodos para que nuestro hijo nos haga caso por respeto y no por temor. Algo que es muy difícil de entender, es que no se necesita golpear a un hijo para que éste obedezca.

La Disciplina es la habilidad que tiene una persona para plantearse una meta, persistir hasta alcanzarla y tener control de sus impulsos. La disciplina se trata de un proceso y contribuye a que los niños o adolescentes:

  • Respeten los derechos de los otros
  • Desarrollen control de sí mismos
  • Expresen adecuadamente sus emociones
  • Mejoren su autoestima
  • Desarrollen un sentido del orden

¿Por qué la disciplina es importante? 

  • Permite desarrollar en los niños un manejo adecuado de su comportamiento y actitudes.
  • Ayuda a que el niño o adolescente se relacione mejor en un medio de respeto y confianza.
  • Le permite ser en el futuro un adulto responsable que formará una familia responsable.

¿Cómo disciplinar eficazmente?

  • Brindar amor a los hijos: tiempo de calidad con los hijos, es importante el tiempo que les podamos dar. La afectividad también es importante, las palabras, detalles, que les podamos dar a nuestros hijos, evitando mal interpretar sobre lo material, los regalos nunca podrán reemplazar el tiempo y el afecto que les podamos dar.
  • Escuchar y entender a los hijos: es importante ponerse a la altura de los ojos del niño o adolescente para poder hablar. Dejar los estímulos que nos puedan distraer ese momento, de esta manera les prestamos atención, utilizando un lenguaje claro de acuerdo a la edad.
  • Establecer límites: poner reglas, normas y hacer que se cumplan, no ceder. Evitar obedecer por amor, es decir evitar hacer todo lo que el niño quiere que hagamos por temor a que se enoje o sufra. También es importante evitar desautorizarce como padres frente a los hijos.
  • Refuerzo positivo: Elogios, halagos, dar tiempo a las actividades que les gusta a los hijos, de esta manera pueden sentir que sus padres se interesan por ellos. Se puede dar también recompensas materiales, siempre y cuando el niño o adolescente se lo haya ganado y con su esfuerzo.
  • Comentar las emociones: modelado, expresar las emociones de acuerdo como lo hacen los padres y brindar seguridad para fortalecer el vínculo emocional y dar apertura para que un niño se exprese. Hablar sobre la mentira, ya que los niños tienen la tendencia de mentir por temor a las reprimendas de los padres.
  • Fomentar la responsabilidad: hacer que ayuden con tareas del hogar, de manera cálida. También se puede utilizar otras técnicas como lo es la del establecimiento de la mesada, para que asuma responsabilidades en relación a sus propios gastos y a la vez aprenda a ganarse las cosas con esfuerzo.  

 

Dra. Daniela Barzallo

Psicóloga Clínica

Neuropsicóloga Infantil