Un exterior saludable comienza desde el interior.
Robert Urich.
La organización mundial de la salud recomienda limitar la ingesta de azúcar libre a menos del 10% de la ingesta calórica total, lo que viene a ser unas doce cucharadas diarias. El consumo excesivo de azúcar ocasiona diversos problemas como obesidad en el desarrollo, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cánceres relacionados con la obesidad, caries dental, pérdida de calcio y otros minerales, haciendo que los huesos crezcan con menos densidad ósea y se rompan con más facilidad. Afecta también al cerebro; las zonas que tienen que ver con el comportamiento, la percepción y las emociones, pueden verse alteradas provocando así nerviosismo, hiperactividad, falta de concentración, atención (especialmente en el área escolar), pérdida de sueño y apetito. Esto se debe a que el consumo de azúcar incrementa los niveles de dopamina.
Los malos hábitos de vida son las principales causas de enfermedad prevenibles en todo el mundo. Una dieta que contenga abundantes azúcares agregados contribuye a un aumento de energía pero es pobre en nutrientes
Los niños a partir de un año de edad ya pueden consumir la dieta de la familia, es decir incluir todos los grupos de alimentos en el niño y de esta manera aprenderá buenos hábitos en la alimentación.
Una alimentación basada en vitaminas es primordial para el desarrollo intelectual, físico y emocional de los niños. Esta labor recae en los padres de familia, que por falta de tiempo o desconocimiento les dan a sus hijos exceso de dulces, sin saber que estos productos pueden causarles las enfermedades ya mencionadas. Es decir si a nuestro hijo le damos muchas golosinas ricas en azúcar, se provocará diversas patologías a futuro. Un alto consumo de azúcar en la alimentación impide que el niño coma un alimento saludable, un alimento alto en hierro, lo que a largo plazo generará muchos problemas.
¿CÓMO PUEDES EVITAR QUE TU HIJO CONSUMA MUCHA AZÚCAR?
¿Has notado el comportamiento de tu hijo en una fiesta infantil?, llegan tranquilos, sin embargo, una vez que comen alguna golosina, su comportamiento se transforma. El azúcar en los niños los vuelve agitados y les da una energía desbordante. Por eso es importante seguir estas recomendaciones.
- Cambiar los hábitos alimenticios en casa: Si los niños ven que los padres comen comida saludable, ellos también lo harán. Evita tener golosinas en casa y mandarle golosinas en su lonchera. A más de las golosinas también evita darle a tu hijo galletas, panes dulces, salsa de tomate, chocolate, para evitar daños a futuro. También es importante promover el consumo de frutas.
- Dar dulces en pequeñas cantidades: Dar pocas raciones junto con otros productos como agua para que tengan la sensación de saciedad. Permítele comer dulces en fiestas infantiles de manera moderada. Evita darle bebidas azucaradas ya que tienen altas cantidades de azúcar.
- No dar dulces como recompensa: No premies al niño con una golosina, tras haberse comportado bien o por sacar buenas calificaciones, eso fomentará el interés por los dulces. Si quieres recompensar a tu hijo, puedes hacerlo dándole muestras de cariño, compartiendo tiempo con él, también pues darle alguna fruta o con un fin de semana de deporte.